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.La voz de Armina llegó hasta ellos a través de la gruesa puerta de roble. No me habéis dicho la verdad, hermanas.Madre Alta nunca osenviaría a otra parte en busca de asilo.No sin decírmelo.Hablaré con ellacuando despierte.Hasta entonces, guardad silencio.Esto es un refugio.Nadie os hará daño aquí.Jenna se volvió de espaldas a la puerta y miró a sus amigos. ¿Y qué haremos ahora?Al final no hicieron nada.La puerta era infranqueable y la únicaventana, a pesar de ser lo suficientemente ancha para Pynt, era demasiadoestrecha para que pasasen Carum o Jenna.Además, estaba muy alta paraellos, a pesar de que ataron todas las sábanas y polainas de Armina quelograron hallar.Lo que parecía ser el primer piso era en realidad el cuarto,ya que la parte trasera de la Congregación estaba construida sobre undespeñadero que caía abruptamente sobre un río de corriente rápida.Ninguna de las dos muchachas sabía nadar.Ya hacía bastante que había oscurecido y la luna les sonreía a través dela ventana cuando Armina regresó.Ella y su hermana sombra abrieron lapuerta y la aseguraron con sus espadas, deslizando la bandeja de comidacon los pies antes de hablar. La Madre aún duerme  dijo Armina.La veréis a primera hora de lamañana.Vuestra visita la ha fatigado.Por lo tanto, comed bien ydescansad.Sarmina les sonrió. La cama es lo suficientemente ancha para dos.o tres, si lo deseáis.Armina observó la ventana, donde todavía estaban atadas las ropas decama y las polainas.Echó a reír. Veo que habéis utilizado bien vuestro tiempo.Cuando era pequeña,solía descolgarme por la ventana para pender sobre el río.Era lo que todashacíamos antes de que nos permitieranjugar a las varillas.Pero en aquellos días nuestro cuarto estaba en unpiso más bajo y la caída no era tan mortal.Aunque.Sarmina continuó con el relato. Aunque hubo una niña tonta llamada Mará, que tenía las manoshúmedas y el corazón débil. Se soltó y cayó.No dejó de gritar hasta que el agua le cubrió la boca.Armina se pasó una mano por el cabello.137  No sabía nadar  agregó Sarmina.Ambas terminaron juntas. Y su cuerpo nunca fue encontrado. ¿Otra de vuestras historias de fantasmas?  preguntó Carum. Llámala una historia de advertencia  respondió Armina.Además,están las guardias. ¿Por qué, Armina?  preguntó Pynt.¿Por qué simplemente no nosdejáis seguir nuestro camino? Esta noche, los caballeros del rey han estado dos veces ante nuestrosportones preguntando por Longbow.Le llamaron por su nombre y lodescribieron por varias marcas de nacimiento.Carum se ruborizó. Las dos veces los despachamos sin decir nada  continuó Armina.Notienen nada en particular con nosotras.Están formulando las mismaspreguntas en todas las aldeas.Pero Longbow nos clamó mera, así quedebemos protegerlo. ¡Nos clamó a nosotras!  dijo Jenna. Y de ese modo nos comprometió a todas  dijo Sarmina.¿No fue esolo que nos dijo Madre Alta? Pero tú.tú no estabas esta tarde cuando habló con nosotros comenzó Carum mirando primero a una y luego a la otra.O al menosme pareció que eras tú. Señaló a Armina, quien sonrió.Sarmina reiteró esa sonrisa y le respondió. ¿Aún no has comprendido, estudioso, que lo que sabe mi hermana luzlo sé yo?Armina bajó su espada una fracción de centímetro. Aguardamos que despierte la Madre.Ella nos dirá lo que debemoshacer.Mi madre, Callilla, dice que existe un pasaje secreto para salir deaquí.Que atraviesa la habitación de lasacerdotisa y bordea el río.Pero sólo Madre Alta conoce el camino. Entonces, por nuestro bien, o por el bien de Alta, o por el bien de laCongregación  exclamó Carum , despertadla.Ambas hermanas sacudieron la cabeza. No podemos  dijo Sarmina.La Madre se encuentra exhausta.Si ladespertamos antes de tiempo, estará aturdida y no conseguiremos nada deella.Y muy pronto amanecerá. Apuntó su espada hacia la ventana,donde la luna ya había desaparecido.Así que, dormid.Y dormid bien.Mañana habrá mucho que hacer.Con esas palabras las hermanas salieron, cerraron la puerta y volvierona colocar la pesada tranca. ¿Qué hacemos ahora?  preguntó Pynt. ¿Qué podemos hacer?  dijo Carum. ¡Podemos comer!  dijo Jenna.Y preocuparnos más tarde.138 Los tres se sentaron alrededor de la bandeja y, después de los primerosbocados, se relajaron lo suficiente para comer lentamente saboreando elhumeante pastel de paloma, los huevos en salmuera y el vino rosado [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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